SAN PEDRO – SAN BARTOLO – YERBAS BUENAS – ARCOIRIS

Esta excursión nació el año pasado cuando exploramos una zona poco frecuentada: el valle de San Bartolo. Fascinante por muchos motivos, abre la puerta a la aventura y al descubrimiento de los vestigios de la mina de oro de Romero Galo.

Romero es un personaje entrañable y solitario que hoy explota el mineral de cobre contenido en sus montañas.

Esta aventura, por caminos de tierra, atraviesa el valle de la Paciencia hasta llegar al paraje conocido como «La Piedra de la Coca», donde el guía te contará su historia.

A lo largo del recorrido, descubrirás paisajes pintorescos con una geología variada, hasta llegar a la entrada de la propiedad de Romero. Nos detenemos bajo el milenario algarrobo para tomar una colación y hacer algunas fotos frente al majestuoso Licancabur y junto al corral de ovejas.

Luego partimos hacia los vestigios de la mina de oro, cruzando varios arroyos. ¡Ambiente «París-Dakar» garantizado!

San Bartolo también es la historia de una familia que posee cientos de hectáreas de montañas rocosas, abandonadas tras el accidente minero de 1930. El más joven de los nietos, Romero, decidió devolverles vida.

Tras atravesar su explotación de cobre y llegar al cruce de la Pulpéria —vestigio de un antiguo puesto comercial de la época inca—, tomamos el camino de montaña hasta la cima… ¡Whaouuuh! ¡Qué vista impresionante, te dejará sin aliento!

Pasada la emoción, descendemos hacia el Río Salado —una bajada empinada y emocionante—, cruzamos el río a vado y, subiendo nuevamente, atravesamos la zona húmeda de «Yerbas Buenas» para llegar al extenso altiplano habitado por llamas. Allí se encuentra la entrada al sitio de los petroglifos.

«Yerbas Buenas» es también la puerta de entrada al magnífico valle del Arcoíris, última parada de esta gran aventura.

Regreso a San Pedro por la carretera nacional.

VERANO : 09:00 AM – 05:00 PM
RECOGIDA Y REGRESO : En tu hotel

ALTITUDES : 2.443 m – 3.190 m
DIFICULTAD : Fácil

INCLUIDO :
Snacks, almuerzo y bebidas

SEGURIDAD: Oxígeno a bordo